Gracias por tu visita utópica

Si me quedo solo en este mundo, no tendréis oxígeno que respirar. ¡Feliz digestión utópica!

Soy un castaño anciano y utópico si me abrazas y me pisas me haces mucho daño

Soy un castaño anciano y utópico si me abrazas y me pisas me haces mucho daño. Cuando se trata de abrazar a un árbol es prácticamente imposible acercarse a él y no pisarle las raíces, el cuello y la base del tronco. Basta un breve lapso de tiempo para que los daños al árbol sean graves e irreversibles. 

El problema es que no somos los únicos que abrazamos a los arboles más viejos y gruesos. Por ejemplo, un grupo de quince personas pesa cerca de una tonelada. 

Fomentar el abrazo a los árboles viejos es una forma de debilitarlos, acortarles la vida y contribuir de forma “inconsciente” a la destrucción del Patrimonio Natural y Cultural. 

Te invito a escuchar el podcast del programa El bosque habitado de Radio3, te darás cuenta como un abrazo puede ser mortal para nuestros árboles ancianos.

Cuando hayas cortado el último arbol, 
contaminado el último rio 
y pescado el último pez, 
te darás cuenta de que el dinero no se puede comer. 

Comentarios

  1. I never embraced a tree. His energy is just his.
    Your chestnut is great and beautifully rendered.

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    1. The energy the chestnut transmits to us without being embraced.I do not embrace either but I admire and respect them.

      Regards, Irma.-

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  2. Muy importante esta información y tu frase final, redonda y contundente. Ojalá que un día los poderosos lo entiendan.
    Pido por ello.
    Un gran abrazo.

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    1. De nosotros también depende su conservación.

      Abrazote utópico, Irma.-

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  3. Sí, y me pesa en la conciencia. Peso poco y los abrazo en soledad, pero confieso que lo hago y que me resulta raro no hacerlo. Intentaré no hacerlo más, al menos con los abueletes, lo prometo. Besos

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    1. Biennnnnnnnnnnnnn el abuelete te lo agradecerá.

      Besines utópicos, Irma.-

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  4. Adoro los árboles y no sabía eso... Qué pena...

    Lo que sí siempre procuro no pisarles las raíces...Ahora pondré mucho más cuidado.

    Gracias! Muchos besos.

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    1. Lo mejor es admirarlos y respetarlos desde la distancia.

      Besines utópicos, Irma.-

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  5. Vengo de la noche y soy fruto de la casualidad. Nací volando porque mi madre me ofreció como alimento para un pájaro. Atravesé extensos campos y sobrevolé montañas en un solo día… Pero claro, estos son recuerdos de infancia y de la incertidumbre de no saber dónde echaría raíces. Escuchaba el corazón de mi piloto: bumbum bumbum bumbum... -acelerado como el de un humano que se lleva un susto- hasta que fui a parar donde me veis ahora.
    Una hormiga quiso llevarme a su hormiguero pero me salvó una tormenta de verano hundiéndome en la tierra que me vio nacer. Mi alumbramiento tuvo sus peligros y a punto estuve de ser devorado por una cabra si no llega a ser por el disparo certero de la honda de un pastor. He conocido el frío y los días calurosos del verano, la sequía y los momentos de abundancia, la soledad y a quien ha buscado cobijo en mi sombra. En este lugar tan aislado he crecido y me he hecho mayor. Como mi madre, también he dado mi cosecha, y un hijo crece cerca de mí. A veces nos intercambiamos polen y, resulte o no chocante, por Primavera somos afectuosos gracias al viento, las abejas y otros insectos.
    Hoy comienza otro día y cuesta sobrellevarlo pues el año no ha sido muy lluvioso. Mis frutos son escasos y enfermizos. Hasta los nidos de mis amigos los pájaros se empiezan a quedar vacíos en la búsqueda de tierras más productivas. Con el sol en el horizonte exhalo oxígeno y eso me llena de orgullo. Antes de amanecer el viento agita mis ramas anunciando el nuevo día con un sonido que agrada a los hombres y, desde mi soledad, me siento importante. En las tardes de verano un labrador duerme a mis pies y yo le refresco y le arrullo tras su fatigoso trabajo en la campiña, porque es un amigo fiel y en más de una ocasión me salvó la vida. Durante todos estos años puedo dar fe de quién soy, y así lo sentirá quién se acerque a mí… soy VIDA.

    Un saludo

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  6. Yo tampoco sabía que les hacemos un daño tan grande. A partir de ahora tendré muchísimo cuidado.
    Gracias por esta valiosa información.
    Por cierto preciosa y magnífica imagen.
    Saludos utopicos.

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    1. Me alegro te haya gustado la foto, a veces el cuidado no es suficiente, lo mejor para no dañarlos es admirarlos desde la distancia de hecho son más fascinantes porque aprecias detalles que de otro modo es imposible. Gracias a ti.

      Abrazote utópico, Irma.-

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  7. Yo no soy muy de ir abrazando arboles, aunque cuando trabaje plantando pinos pisaba un poco para que agarrasen mejor.
    El pensamiento final una verdad como una casa que decimos aquí.

    Saludos.

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Gracias por vuestros comentarios utópicos y sobre todo por creer en utopías, Irma.-

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